Ágata
El ágata es una piedra que actúa como un bálsamo suave y firme al mismo tiempo. Conecta con la serenidad, la claridad mental y el equilibrio emocional. Su energía te centra, te contiene y te recuerda que no hay apuro… todo tiene su ritmo.
Es ideal para quienes se sienten dispersas, desbordadas o emocionalmente inestables.
¿Para qué sirve el ágata?
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Calmar pensamientos repetitivos y aliviar la ansiedad cotidiana.
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Equilibrar estados emocionales intensos, como altibajos, inseguridad o enojo.
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Estabilizar procesos físicos, energéticos o mentales.
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Recordarte que estás sostenida, que no tenés que correr para llegar.
Cuidados físicos
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Evita exponerla al agua.
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No aplicar perfumes ni cremas directamente sobre la piedra.
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Guárdala en una bolsita suave o en un espacio limpio, lejos de otras piedras más frágiles.
Limpieza energética
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Pásala por el humo de un sahumerio, palo santo o incienso.
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También puedes dejarla en sal marina seca durante una noche (sin agua).
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El sonido de cuencos o campanas también ayuda a limpiarla.
Intencionar tu piedra
Apóyala en tus manos, cierra los ojos y repite:
🕯️ “Me abro al equilibrio, me doy permiso de fluir con confianza, estoy en mi centro.”
O puedes decir la intención agregando lo que quieras trabajar con tu cuarzo.
¿Para quién es esta piedra?
Para mujeres que buscan sostén, estabilidad y claridad interna.
Para quienes están saliendo de procesos de mucho caos o ansiedad.
Para quienes quieren sentirse más seguras… sin perder sensibilidad.
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